Nacido el 25 de diciembre de 1887 en una familia de la casta de los brahmines, el niño Kasturi, de apenas dos semanas de vida, agoniza por causa de una terrible infección.
Entonces la familia ruega por su salvación al Dios Venkateshwara de las Siete Colinas; a los pocos días el niño revive.
Kasturi seguirá adorando de por vida la Sagrada Colina donde se halla el templo de Venkateshwara.
A la edad de 70 años y siendo un ferviente devoto de Sai Baba, con su bendición, peregrina una vez más hasta el templo de la Colina para encontrarse, en la cima, sorprendido, con el propio Sai Baba sonriente en lugar de la estatua del Dios Venkateshwara.
En 1957 Kasturi había sido designado por Baba como el editor del “Sanathana Sarathi” (El eterno conductor), revista que refleja la palabra de Sai Baba en todos sus discursos.
Después de una infancia dura y difícil, plana de sacrificios por parte de su madre viuda, N. Kasturi describe ese importante momento de su vida:
“En 1960, cuando pude poner a los pies de Baba la primera copia del libro ‘Sathyam, Shivam, Sundaram‘, mamá estaba sentada entre las damas devotas en la sala de oración de Prashanti Nilayam. Aquella feliz ocasión describí cuán bendecido me sentía, puesto que mi madre que había luchado contra circunstancias difíciles para educarme en una escuela inglesa, estaba viva y presente para ser testigo de que su hijo llegara a tener esta buena suerte única. Su hijo había podido escribir en inglés la Biografía de lo Divino venido como Humano y ofrecer esa fragante flor a Sus Pies de Loto en su presencia. Baba me cogió por los hombros para hacerme levantar cuando derramaba lágrimas sobre Sus Pies y era incapaz de moverme. Mamá también estaba radiante tras un velo de lágrimas”.
— Amando a Dios —
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